Cuatro tipos se dan cuenta que la economía inmobiliaria Norteamericana está por colapsar. En ella, está basada toda la economía del país del norte, así que todo el país corre peligro. Y qué pasa si la economía más grande del mundo está en peligro? Exacto! El mundo todo se puede venir abajo, lo que sucedió, y sigue sucediendo.
Al fin un poco de dinamismo, frescura y humor en este camino a los Oscar. “La Gran Apuesta” de Adam McKay es como el bicho raro en esta carrera por la estatuilla dorada, porque se permite risas hijas de puta entre tanto dramón, romance y lagrima; y por favor de qué modo!
McKay es un tipo nacido para la comedia “Anchorman” y su secuela, “Hermanastros” y otras más, marcan un estilo de humor identificable con una sola palabra: absurdo. Habiendo visto las nombradas anteriormente y catalogándolas como películas de humor simplemente regulares, este nuevo proyecto tenia todos los números para parecerse a su filmografía anterior. Pero por suerte no.
“La Gran Apuesta” es una de las comedias más inteligentes de esta década al menos, y de este año sin duda. Dotada con un casting de nominados y ganadores del Oscar como Steve Carrel, Ryan Gosling, Christian Bale y Brad Pitt, el peso de la película recae en los personajes que estos interpretan y en cómo nos muestran el espectacular guion adaptado por el mismo McKay a partir del libro homónimo de Michael Lewis.
McKay en conjunto con Charles Randolph adaptan el libro de una forma tal en que no nos resulta difícil en extremo entender los términos económicos utilizados (de todas formas requiere una atención más que particular) y le otorgan una frescura al todo en general, que es poco probable cuando se trata de un tema tan denso.
La forma de contar la historia pese a no ser vanguardista, es algo que no se ve tan seguido de una forma tan efectiva. Los protagonistas miran a cámara y nos hablan, y para entender sobre acciones, hipotecas, deudas y demás, acudimos a Margott Robbie tomando champagne en una bañera repleta de burbujas, o a Selena Gomez apostando en un casino, o al chef Anthony Bourdain admitiendo que utiliza pescado viejo que no se vendió para una sopa. Estos recursos son inesperados pero 100% eficaces al mismo tiempo; son la forma que McKay encontró para hacernos entender la economía mundial. No puedo más que ponerme de pie ante esto.
Además, la ficción es intercalada con imágenes reales, grabaciones de cadenas de noticias que nos muestras la realidad por la que atravesaba el mundo en los años que tuvo lugar el desplome económico.
Estamos acostumbrados a que las películas basadas en hechos reales tengan como centro alguna historia mediana o altamente conocida; algún robo, secuestro o desastre natural. Pero son hechos aislados que ocurren en un solo lugar y que tienen consecuencias directas queramos o no, en un grupo reducido de gente…claro está que esto sucede hasta que la información se globaliza y todos queremos sentirnos y formar parte de los hechos.
Sin embargo, “La Gran Apuesta” no es así, y desde el principio lo sabemos. En mayor o menor magnitud el quiebre del 2007/08 afectó a todo el mundo, y todos formamos parte de las consecuencias que esto tuvo, porque siguen diciendo presente hasta el día de hoy; casi 10 años después países como Grecia siguen con el agua al cuello, y otros como España siguen con problemas de desempleo agudo por ejemplo, por no hablar de aquellas naciones con el infortunio de no ser superpotencias. Entrar ahí sería muy escabroso y extenso.
Volvamos a la película en sí. La banda sonora es una gran compañía a lo largo de sus 130 minutos y es una playlist repleta de éxitos en la que podemos encontrar a Metallica o Led Zeppelin. La música es un instrumento más que nos brinda McKay para el desarrollo claro de la trama y el entendimiento de los personajes. Música que denota enojo, furia, enfado, agobio y estrés, justo como nuestros protagonistas (Master of Puppets en la oficina de Bale, es glorioso).
Todos están bien en sus roles, incluso los secundarios como Marisa Tomei que casi no aparece, pero los más remarcables son sin duda Bale y Carell. La locura constante de este último y el estar a punto de explotar a cada segundo, y la seguridad y serenidad de un titiritero que demuestra Bale al trabajar descalzo con la música a todo volumen en su oficina son de las cosas que más atraen de la película. De todas formas, entre estos dos, las fichas ganadoras se las lleva Bale que, aunque comienza siendo el centro de la historia, McKay rápidamente lo baja a nivel terrenal para darle igual protagonismo al resto del reparto; sin embargo, no podemos evitar ser cautivados por Bale.
“La Gran Apuesta” puede resultar pesada de a momentos y difícil de digerir, no solo por la complejidad y velocidad que adquieren las palabras (aunque repito, es bastante entendible teniendo en cuenta lo que trata) sino por la veracidad del asunto, sus consecuencias hacia la gente menos pudiente; se quedan sin hogar, con deudas impagables, sin trabajo, sus hijos sin futuro y cosas peores.
Pero tenemos el humor, la mejor forma de aguantar esto. Y humor del bueno, inteligente y llamativo, incluso original de a ratos con algunos gags que son realmente efectivos y bajan el tono dramático, que efectivamente es lo que su director busca. Contar una historia, de forma particular.
Al final de cuentas, McKay nos deja casi que boquiabiertos con su visión del quiebre de la economía, al igual que todo su reparto. El director sube de categoría con un paso gigante, y fácilmente se le puede augurar un buen futuro de seguir de esta forma.
Personalmente me gusta encontrar (o intentar) esa cualidad de posible clásico de culto o clásico a secas en las películas, y en “La Gran Apuesta” lo veo en cada fotograma. Por su forma de contar los acontecimientos, por el gran trabajo de quienes en ellas participan, desde el propio director hasta el que acomodó el último foco de iluminación, y por abrirnos los ojos a muchos ignorantes voluntarios o involuntarios sobre la realidad de la economía mundial.
Los Oscar se acercan, y “La Gran Apuesta” cuenta con 5 nominaciones: Película, Director, Guion, Actor de Reparto y Mejor Edición. De las 8 nominadas he visto 7 hasta ahora y junto con “Spotlight” y en menor medida (conociendo a la Academia) “Mad Max” son a las que más chances les veo para alzarse con el premio mayor.
Sin duda alguna, McKay le acertó al gordo este año con su película; una hazaña dinámica digna de prestarle atención.
TÍTULO: The Big Short
AÑO: 2015
GÉNERO: Drama – Comedia
DIRECTOR: Adam McKay
PROTAGONISTAS: Ryan Gosling – Christian Bale – Steve Carell – Brad Pitt
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