sábado, 17 de marzo de 2018

RESEÑA - Esplendor en la Hierba (Splendor in the Grass) - 1961




Como todos y todas quienes deciden tomarse el cine con un poco más de seriedad y sentimiento que la mayoría de los espectadores, en mi vida cinéfila he visto películas que me han hecho sentir de formas muy diversas. Están las que me han dejado tan indiferente al punto de querer borrarla de mi memoria, y en el otro extremo, se encuentran las que significan tanto que es imposible olvidarlas.


Dentro de esta ultima categoría hay un subgrupo, el cual me gusta llamar “esenciales”, y es allí donde me gusta alojar la película sobre la cual voy a hablarles hoy.



Simplemente...siento que tengo que hablar de esta película. No es una obligación, sino que, pienso que de no hacerlo no me sentiría bien conmigo mismo. No importa si me sale perfecta o termina convirtiéndose en una de las cosas mas ilegibles que haya redactado, pero lo necesito, tengo la necesidad de escribir para transmitir y, quién sabe, tal vez plasmar en palabras lo que alguien mas haya sentido.

Wilma Dean ‘Deannie’ (Natalie Wood) y Bud Stamper (Warren Beatty) son dos adolescentes, novios, que asisten a la secundaria en la Kansas pre-gran depresión en 1928. Su amor es puro, pero los procesos en Bud se suceden a un ritmo diferente que en Deannie, lo que llevará a algunas rispideces en su relación.




Con el trasfondo del momento histórico económico que probablemente fuera el más duro de Estados Unidos, un padre controlador de un lado y una madre del otro, y las hormonas de la adolescencia a flor de piel, Elia Kazan se pone detrás de cámara y nos regala (una vez más) una obra maestra, cumbre, del cine Norteamericano: ‘Esplendor en la Hierba’.

La primera vez que me enfrenté a ella lo hice con mucha resistencia. Es una de esas tantas películas a las cuales no recuerdo muy bien como llegué, pero que han demostrado tener la capacidad de quedarse grabadas en mí. Lo que sí recuerdo es que no estaba muy convencido, no me había generado demasiado interés el hecho de verla; pero a medida que la película avanzaba, que las escenas se iban sucediendo, que Natalie Wood entregaba todo lo que tenía...wow wow wow y wow!




Detrás de cámara se encontraba el ya por aquel entonces experimentadísimo Elia Kazan, quién ya había dirigido al único e inigualable Marlon Brando en películas como ‘Un Tranvía Llamado Deseo’ o ‘La Ley del Silencio’. Eran los 60s, una nueva década, y decidió recurrir al talento joven. Una ya conocida como Natalie Wood fue elegida para el papel principal, mientras que el rostro fresco y jovial de Warren Beatty terminó haciéndose con el otro papel protagónico. Se dice que un buen director es aquel/aquella que saca lo mejor de sus dirigidos, no solo de los actores sino de todos, pero principalmente de quienes aparecen en pantalla; y en esta ocasión eso no genera ninguna discusión.


Beatty
hacía su debut cinematográfico, por lo que no había por qué esperar mucho de él; sin embargo, Warren utiliza esos ojos que parecieran estar viendo siempre hacia el sol y esa voz al borde de un ataque de llanto para entregarnos un gran desempeño, capaz de hacerle frente (aunque jamás equipararsele) a su co-protagonista...




Por el otro lado tenemos a la eterna Natalie Wood, bellísima como en cada aparición cinematográfica con sus ojos inigualables y su talento innato es quien se adueña de la película. Su personificación de Deannie es una cosa, me temo, difícil de describir con palabras; para recibirlo todo debe vérsela en personaje. Las miradas que le clava a Bud, su forma de expresarse, sus gestos y facciones, su actitud reacia ante los deseos de su novio; escenas puntuales como la conversación en la bañera con su madre, leyendo un pasaje de un libro en clase, sus brotes...nada, absolutamente nada de lo que rodea a Wood en ‘Esplendor en la Hierba’ tiene desperdicio. La actriz fallecida en 1981 nos regala una lección de actuación, de cómo debe afrontarse un personaje así, y es, en mi humilde opinión, una de las mejores actuaciones jamás captadas en una película.




La transformación de ambos a lo largo de los 120 minutos que nos enfrentamos a la historia es igualmente increíble y desgarradora. Deannie proviene de una familia humilde cuya fuente de ingresos era un negocio en su propia casa, mientras que el padre de Bud era un magnate de la industria petrolera. El año 1928 se termina, dejando lugar al tan conocido y temido 1929, generando consecuencias desastrosas para la familia Stamper y afectándoles de formas que los marcarán por siempre.


          PADRES INTENTANDO CONTROLAR LA VIDA DE SUS HIJOS




Tanto la madre de Deannie como el padre de Bud tienen sus propias formas de gobernar en las vidas de sus hijos. ‘Ninguna chica buena siente esas cosas por un chico’ le dice la madre de Deannie a su hija ante un cuestionamiento natural que todo adolescente se hace; al mismo, la espera con leche tibia al llegar a casa, le tiende la cama...e intenta convencerla de que una mujer solo se debe entregar a un hombre para concebir hijos. La presión maternal y la indiferencia paternal jugarán un rol muy importante en la salud de Deannie.




Por el lado de Bud, su futuro pareciera ya estar decidido, y es su poca confianza y valentía para enfrentarse a su viejo lo que, poco a poco, lo lleva a seguir el camino planeado por su padre. Las esperanzas y frustraciones de su progenitor están todas puestas en él: ‘tengo todas mis esperanzas puestas en ti’ le dice en un momento, una de las frases mas duras que se le puede decir a alguien. ¿Acaso no soy capaz? ¿Y si no logro lo que espera de mi?


Muchas veces, en su afán de querer solamente lo mejor para nosotros, nuestros padres se olvidan de que somos individuos con nuestra propia visión de la vida, incluso tal vez con nuestros propios planes a futuro. La sobreprotección, el querer encargarse de todo, cualquier cosa en extremo es mala, y los resultados planteados en ‘Esplendor en la Hierba’ lo dejan más que claro.




CINE ADOLESCENTE MODERNO CON 50 AÑOS DE ANTICIPACIÓN


Afortunadamente vivimos en una época donde el cine adolescente, a base de buenas (aunque también algunas malas) adaptaciones de best sellers literarios, ha trazado nuevos caminos y dejado atrás algunas de las atrocidades estrenadas en la década de los 90s (¿‘American Pie’ y sus secuelas?). Me gusta citar el ejemplo de ‘The Breakfast Club’ como la película que de una vez por todas logró transmitir lo que era sentirse joven desde distintos puntos de vista en el cine, y como el punto de partida para muchas de las coming of age actuales que se centran más (afortunadamente) en lo humano que en...acostarse con alguien.


Pero cuando se me viene a la película de John Hughes, no puedo evitar pensar que casi 25 años atrás Elia Kazan, con la ayuda del guión de William Inge finalmente le dio el lugar merecido a los jóvenes y sus problemas. La forma en la que se trata no solo ese primer amor que pareciera ser lo más único e importante de nuestras vidas, sino también la vida en la secundaria, las relaciones paternales, e inclusive lo más destacado para mi, los desordenes mentales, es simplemente maravilloso.




UN MAL QUE NOS AQUEJA CADA VEZ MÁS


Todos tendemos a pensar e intentamos asegurarnos de que las enfermedades mentales son algo que solo podría aquejar a los demás; nos creemos lo suficientemente fuertes como para caer prisioneros/as de una, pero la verdad es que nadie está libre, y no necesariamente es algo que se transmita de generación a generación: puede sucederle a cualquiera.


Y lo que logra ‘Esplendor en la Hierba’, una de las cosas que mas me atraen de la película y que me llevaron a esta necesidad de escribir lo que me dejó, es plasmar en pantalla las condiciones mentales de una forma que me ha sido difícil equiparar con cualquier otro ejemplo cinematográfico anterior o posterior.




El personaje de Natalie Wood comienza siendo de una forma, pero poco a poco, y a consecuencia de la presión tanto familiar, como escolar, y de su pareja, va cayendo víctima de algo muy grave: sentirse deprimida, ataques de locura, desesperanza. Ver cómo su personaje se enfrenta a ese proceso es sencillamente desgarrador. Desgraciadamente los malestares mentales son algo que se ha ido masificando con el tiempo; ya sean de menor o mayor magnitud, todos conocemos al menos a una persona que se ha atendido con un psicólogo o psiquiatra, y el numero pareciera aumentar cada vez más. La sociedad a veces nos pide mucho, nuestros pares a veces nos piden mucho, nosotros mismos solemos exigirnos demasiado...y es en tiempos como este, donde tal vez algún que otro adolescente, joven, o mismo un adulto que no sabe para donde agarrar, que la película de Kazan se mantiene fresca y actual como si hubiese sido estrenada la semana pasada. Me gusta pensar que el cine en algunos casos tiene superpoderes, o al menos habilidades especiales con las que logran transmitirnos coas, y ‘Esplendor en la Hierba’ es uno de esos grandes ejemplos.




‘YO TAMPOCO PIENSO MUCHO SOBRE LA FELICIDAD’


Si hay algo que me quedó de ‘Esplendor en la Hierba’, y estoy seguro de que a muchos/as que están leyendo esto también, es que hay que aprovechar. Aprovechar nuestra juventud, atesorar los momentos vividos, porque no se repetirán por siempre, no siempre tendremos esta edad, la mejor que una persona puede tener; pero debemos vivir la vida, porque al final, lo que nos quedará son los bonitos recuerdos de aquella vez…


Volví a ver ‘Esplendor en la Hierba’ para poder redactar lo que acaban de leer. Me decidí volver a visionar algunas de las películas que han tenido un impacto especial en mi para luego compartirles el por qué de ese impacto, y creo que muy difícilmente hubiese elegido un mejor puntapié inicial que la película de Kazan.



TÍTULO:
Splendor in the Grass

AÑO: 1961
GÉNERO: Romantica – Coming of age - Drama
DIRECTOR: Elia Kazan
PROTAGONISTAS: Natalie Wood – Warren Beatty – Pat Hingle – Audrey Christie – Fred Stewart – Joanna Ross – Barbara Loden


Entradas recomendadas de los 60s

Espartaco - 1960

No hay comentarios:

Publicar un comentario

RESEÑA - ROMA - 2018

En dos años y medio que llevo publicando reseñas he tenido altibajos en cuanto a la producción escrita. Hoy en día me encuentr...