lunes, 6 de junio de 2016

RESEÑA - Easy Rider (Buscando mi Destino) - 1969








A Wyatt (Fonda) y Billy (Hopper) los conocemos haciendo negocios de estupefacientes con un Mexicano; sin información previa, sin saber de dónde vienen y como son sus vidas. Pero esto que acaban de hacer, más su vestimenta y las motos que montan, son suficiente para dejar en claro quiénes son: son unos motoqueros hippies (al menos tanto como se lo podía ser a fines de los 60’s) cuya vida se cuenta no en días, sino en kilómetros; los que pasan en sus vehículos atravesando las carreteras Norteamericanas.

Que los trae al sur desde Los Angeles? Ellos dicen que el Mardi Grass, pero en realidad lo que buscan es escapatoria. Escapar de la ciudad, en busca de nuevas aventuras y de disfrutar su libertad recorriendo las carreteras, teniendo aventuras y conociendo individuos tan diferentes como iguales.



Hopper y Fonda como nuestro dúo protagonista no hacen maravillas, pero están convincentes. Con lo que no hacen maravillas me refiero a nivel actoral, pero aunque es así, logran capturar la esencia de la juventud contemporánea, tal vez porque ellos pertenecían a ese grupo en aquel entonces.
Sus actitudes, su forma de hablar y pensar, de ver el mundo, el cabello largo de Hopper con una cinta en la cabeza y camisa de jean, o un Fonda encuerado de la cabeza a los pies, son un fiel reflejo de esa parte de la sociedad poco aceptada, prejuzgada por la mayoría. Son más libres sobre sus dos ruedas, que el americano trabajador promedio de casa propia, y esto encolera a estos últimos.




Los 70’s fueron una de las, sino la más grande década del cine, no solo por sus innovaciones, sino también por la calidad de obras de varios generos estrenadas en este periodo, como “M.A.S.H”, “Love Story”, “El Exorcista”, “Star Wars” o “El Padrino”. Esta se acercaba, y Hopper pareciera haber sido un visionario a la hora de crear “Easy Rider” y su estilo.



Es, a criterio personal, enorme el parecido, o al menos el uso como referencia de la Nueva Ola francesa que dio un nuevo aire al cine Galo de la mano de Godard, Truffaut y compañía. La edición de Donn Cambern trae a la memoria más que nada el primer trabajo de Godard, “Al Final de la Escapada”, en donde en vez de buscar las transiciones perfectas para que el resultado pareciera natural, estas eran bruscas y desconcertantes. Puede ser que Hopper no se lo haya tomado tan a pecho como para copiarlo, pero su forma de pasar de escena a escena, o el cambio de locaciones, es magnífica. Le otorga una cualidad psicodélica mayúscula, acorde a la generación Hippie que no hacía más que desvanecerse a aquella altura de los 60’s. Esa generación que en sus principios buscaban amor y paz, libertad de expresión y de ser, pero que en su final se había distorsionado hasta formar un nuevo grupo, simplemente consumidores, quienes lo único que buscaban era ganar dinero y colgarse cada vez más.



Es una película de carretera, claro está que debemos tener una buena compañía musical, y el trabajo hecho con la banda sonora es superfluo. Quien, luego de verla por primera vez no tuvo dando vueltas en su cabeza “Born to be Wild” de Steppenwolf por un buen tiempo?
Pero no solo su escena de apertura es memorable. A lo largo del viaje de nuestros protagonistas somos bombardeados constantemente con sonidos populares entre los jóvenes de la época que compartían pasiones con Hopper y Fonda, algunos de los cuales como era de esperar no han ganado la batalla contra el tiempo, pero que al ser escuchados en la película inevitablemente traen esa sensación de estar ahí, nos transportan a la acción. No son canciones simples, aunque parecieran serlo. Son una herramienta más que Hopper encontró para conectarnos con sus personajes y conocerlos, no solo a ellos, sino a su generación toda y comprenderlos. “Easy Rider” se encargó de mostrar en la gran pantalla como era la vida de estos dos motoqueros, pero que en realidad representaban a toda una generación de bien denominados “apartados de la sociedad”.



Wyatt y Billy son vistos como inadaptados, aquellos que no hacen bien alguno sino mal. Su estilo desarreglado, su forma de ver la vida y su devoción por las drogas no encaja con la tradición norteamericana. Pero todo va más allá de esa catalogación; lo que el pueblo en realidad siente es miedo, a ellos y a lo que representan. Miedo a esa libertad de la que gozan, cuando los demás son controlados por las reglas antiguas de una sociedad conservadora. Esa libertad que en determinado punto puede jugarle en contra a ese gran bloque social.
Pero a su vez, son admirados. Esta dualidad queda en evidencia al momento en el que los tres entran a un bar, y unas chicas no pueden evitar sentirse atraídas por su desprolijidad, mientras que en otra mesa, hombres ya mayores no hacen más que despotricar sobre ellos. La disconformidad social, esa envidia concluyente en odio, será la gran responsable del final de la película: atacar y eliminar a lo diferente.



             C I N E  I N D E P E N D I E N T E ?


Mentiría si dijera que “Easy Rider” fue uno de los primeros ejemplos del cine independiente que conocemos hoy en día, porque no tengo la información exacta, pero sin dudas entraría muy bien en esa categoría.
Ambos protagonistas fueron los encargados de la historia y el guión de la película, además de Hopper estar detrás de cámara y Fonda oficiar como productor. Esto haría pensar a cualquiera que su control sobre el material era total, lo que queda en evidencia por lo previamente antes dicho, sus planos y transiciones, música y contenido argumental.
Lo que de seguro fue, es un gran éxito al momento de su estreno. Un boom entre las audiencias jóvenes y una clase de bofetada para los adultos. Es más, el mismo padre de Peter, el histórico Henry Fonda dijo haber salido de la sala confundido, sin haber comprendido de que venía la trama, quienes eran y de dónde venían estos tipos.
Sin embargo, “Easy Rider” tuvo su merecido reconocimiento obteniendo dos nominaciones al Oscar: Mejor Actor Secundario para Jack Nicholson (magistral en su papel, en su primera nominación) y Mejor Guion Original para Hopper, Fonda y Terry Southern.


“Easy Rider” es una obra maestra y de culto, tal vez la última de la década, que tiene la capacidad de cautivar a quienes la ven casi 50 años después de su estreno. Tal vez sea por su música, por sus protagonistas, por su temática o su argumento. Lo que es seguro es que es una gran película, de las más icónicas y recordadas por todo aquel que se animó a subirse a las motocicletas con Fonda y Hopper.







                                 VALORACION: 9/10

TÍTULO: Easy Rider
AÑO: 1969
GÉNERO: Drama
DIRECTOR: Dennis Hopper
GUIÓN: Peter Fonda Dennis Hopper -
PROTAGONISTAS: Dennis Hopper Peter Fonda Jack Nicholson Phil Spector – Antonio Mendoza


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