sábado, 31 de marzo de 2018

RESEÑA - Las Zapatillas Rojas (The Red Shoes) - 1948





En varias oportunidades he dejado en claro que la película que cambió mi mentalidad sobre los musicales fue “Cabaret” (la primera de su tipo que me animé a ver). Gracias al trabajo de Bob Fosse logré cambiar mi opinión sobre este tipo de películas, y si por ella no fuera, nunca hubiese visto esta sobre la que les hablaré a continuación. Muchas películas me han marcado, pero probablemente muy pocas de la forma en que lo hizo “The Red Shoes”, este trabajo inmortal del séptimo arte.

¿De que va? Victoria Page (Moira Shearer) es una joven bailarina de ballet. Para ella, su arte lo es todo, pero llegado el momento deberá decidir entre el amor y su ambición, su sueño de convertirse en prima ballerina y tener el mundo de la danza a sus pies.



Al hablar de “The Red Shoes” uno no debería hacerlo con ligereza, jamás. Su grandeza, importancia e influencia en el cine en general (no solo musical) es tal, que grandes talentos históricos de la industria, como Martin Scorsese, la consideran entre lo mejor que el cine ha tenido.

Detrás de cámara y responsables del guión (a pesar de que cada uno se encargaba de lo suyo, ambos firmaban como colaboradores en estos rubros) se encuentran Michael Powell y Emeric Pressburger. Denominados “The Archers”, su sociedad estuvo detrás de varias películas de los 40s y 50s (aunque trabajaron en conjunto hasta entrada la década de los 70s) como “A Matter of Life and Death” o “Black Narcissus” entre otras, teniendo la particularidad de que cuatro de sus trabajos se encuentran entre las 100 mejores películas Británicas del Siglo XX.



En mi caso, mi iniciación con el cine de estos dos monstruos fue justamente con la película que me trae hasta aca hoy. Después de mucho tiempo me animé a ver “Peeping Tom” de Powell en solitario, y más recientemente me enfrenté a “Black Narcissus”, siendo estos tres mis únicos encuentros con la filmografía de ambos...algo que definitivamente debe cambiar! A pesar de haber visto tan poco de su repertorio, la calidad de estos me resultó tan abrumadora que me ha sido imposible olvidarlos desde que los vi. El talento de “Los Arqueros” a la hora de plasmar su visión en pantalla es algo que hoy por hoy, simplemente no tiene comparación.

Además de directores y guionistas, al mismo tiempo ambos firmaban como productores de sus trabajos. ¿Que significa esto? Control total sobre el contenido que generaban, y creo que es allí donde se encuentra gran parte del secreto de su calidad. En un tiempo donde los grandes estudios casi que monopolizaban las producciones, “The Archers” son a mi entender, algo así como los precursores de muchas cosas: versión del director, cine independiente, cine de autor...ya que se encargaban de todo, incluído la edición del metraje. Es por eso que le legado de su trabajo va más allá de ser una influencia estética delo que hemos visto en pantalla desde entonces; su influencia llega al punto de COMO HACER una película, como encarar un proyecto y sus diferentes etapas...y asegurarse de que su visión, y no la de unos ejecutivos cuyo unico objetivo es obtener ganancias, sea la que termine en el corte final. Probablemente no haya habido ni vaya a haber nadie como ellos en la industria.



¿Todo eso les pareció increíble? Sólo esperen! Como si fuera poco, a cargo de la fotografía en “The Red Shoes” estuvo Jack Cardiff, seguramente el mejor cinematografo de la historia del cine a color (lo comparo sin miedo alguno con Sven Nykvist o Gunnar Fischer, colaboradores de Ingmar Bergman) . Lo que hace Cardiff en esta película...probablemente suene trillado pero no hay otra forma de decirlo: es de otro mundo!

Su excelencia va más allá de la paleta de colores utilizada; la maestría de Cardiff puede verse en la hermosura de cada plano, en su habilidad de otorgarle esa cualidad onírica a varias secuencias, especialmente la del ballet central de la película. Dios mío que bien ejecutado que está eso, cuanta perfección en cada imagen! En cada movimiento! En cada nota musical! En cada foco que ilumina la acción!



Sepan disculpar mi ebullición sentimental, pero no puedo transmitirlo de otro modo. Amo el cine, con cada fibra existente de mi cuerpo, y recordar esta película sintiendo como la piel se eriza es una sensación imposible de redactar, simplemente maravilloso. Pocas veces (por no decir ‘nunca’) van a presenciar algo que devalúe tanto nuestra definición de ‘perfección’ y la eleve a otro nivel totalmente diferente, como “Las Zapatillas Rojas”.


La adaptación de la historia clásica de Hans Christian Andersen , la dirección de Powell/Pressburger, un trabajo excepcional del reparto, especialmente de Anton Walbrook y Moira Shearer como esa muchacha ambiciosa que deja todo por su sueño y está dispuesta a alcanzarlo sin importar nada; su mirada de amor y desesperación, sus movimientos al bailar o su sencillez al andar, su belleza tanto exterior como interior...el trabajo de Shearer es algo fuera de serie.




Las coreografías, una banda sonora magistralmente ejecutada, los decorados, el vestuario...perdónenme, pero me es muy dificil ordenar las palabras de un modo en que se conviertan en descripción digna de lo que significa esta película.


“The Red Shoes”
es verdaderamente una obra maestra del cine, y como tal, todo intento de transmitir lo que genera terminará en la nada misma. No hay párrafos que alcancen para dejar en claro lo que es experimentar esta película. Es verdad que sus 135 minutos pueden ser extensos y cansadores, ¿pero que película de mas de dos horas de la actualidad no es así? Y recuerden que esta tiene 70 años!




Lo que uno atraviesa durante esas dos horas y quince minutos es merecedor de cualquier dificultad que debamos enfrentar al verla...lo que no quiere decir que le suceda a todos por igual! Personalmente fue así la primera vez que la ví, pero la segunda, tras haber encontrado sorpresivamente en la televisión un documental sobre Jack Cardiff, la disfruté como un niño en un parque de diversiones.

Las películas, en especial los musicales Hollywoodenses y todo aquello que haya sido producido en la Época Dorada del cine norteamericano tienden a idealizar las cosas, a hacernos creer que todo es posible, que sin importar nada, todo puede lograrse: el amor, los sueños, todo está a nuestro alcance. Pero “The Red Shoes” tira abajo todo eso, se sale del molde y nos muestra algo totalmente diferente. Nuestra protagonista debe decidir: no puede tener ambas cosas, deberá realizarse a través del amor o su sueño...y la elección le traerá grandes consecuencias.



The Red Shoes” se destaca entre todos los musicales por eso mismo, por su no intento de crear una realidad utópica donde todo sale bien. A muchos puede no agradarle la comparación que estoy a punto de hacer, pero al igual que “La La Land” en 2016, deja de lado aquello que tanto caracteriza al musical, arriesgándose a ganar la desaprobación de varios. Hay películas que inevitablemente se quedan grabadas en nuestra memoria sin importar cuanto tiempo haya transcurrido desde que la vimos, y “The Red Shoes” es una de ellas.


Tengo una lista personal de películas que, de antemano y sin intento previo, no me veo capaz de reseñar fielmente. Entre ellas se encuentra, “El Padrino”, “Boyhood”, “Pulp Fiction” y, hasta el día de hoy que me encuentro escribiendo el párrafo final, estuvo “The Red Shoes”. No confío en que mi redacción agrade a todos; es más, no me gustaría que fuera tan así...pero la verdad es que la escribí desde el fondo de mi corazón cinéfilo, y no creo que jamás vaya a ser capaz de escribir algo tan real sobre ella. Asi que, si no la vieron, encarecidamente les pido que lo hagan...y si ya lo hicieron, háganlo una vez más por favor!




TÍTULO:
The Red Shoes

AÑO: 1948
GÉNERO: Drama - Musical
DIRECTOR: Michael Powell – Emeric Pressburger
PROTAGONISTAS: Moira Shearer – Anton Walbrook – Marius Goring


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