sábado, 30 de diciembre de 2017

RESEÑA - Madre! (Mother!) - 2017



Desde sus comienzos, el cine ha sido objeto de críticas y opiniones muy dispares. Peliculas han sido alabadas de igual forma que destruidas, carreras han sido impulsadas o truncas debido a la opinión de la audiencia. Casos hay muchos, pero en mis años de cinéfilo nunca había vivido algo parecido a lo que sucedió con “Mother!” de Darren Aronofsky, al punto de que luego de verla, no estoy muy seguro de que haya sido una experiencia real, onírica, o una broma pesada.

¿De qué va? Un escritor (Javier Bardem) en medio de una crisis creativa se traslada a vivir a una casa de campo con su esposa (Jennifer Lawrence) que siente un amor y devoción inmensurables hacia el. Su inspiración pareciera no llegar, hasta que un día un extraño (Ed Harris) toca a su puerta buscando hospedaje. Será para el espectador, el inicio de un viaje difícil de explicar y mucho más de soportar.



No soy un conocedor exhaustivo de la filmografía de Aronofsky ni mucho menos; es más, además de “Mother!” solamente he visto dos de sus películas: “Requiem Por un Sueño” y “El Cisne Negro”. Sin embargo, tengo cierto aprecio especial por aquellos directores que se arriesga a plasmar sus ideas y visión de las cosas en pantallas sin pensar de antemano si el efecto que tendrá en la audiencia le jugará en contra. Teniendo en cuenta los dos casos que conocía de antemano y la película que me trajo a escribir esto hoy, podría decir que el cine de Aronofsky es “bastante loco”, donde se le da mucha importancia a la cabeza del ser humano como maquinaria que lo hace avanzar, pero que también puede ser la causante de algún retroceso. Todos sus personajes parecieran sufrir algún tipo de trastorno del cual no pueden liberarse nunca, y es así como podemos llegar a sentirnos luego de enfrentar uno de sus trabajos.

Habiendo visto los trailers promocionales, creo estar seguro de no haber sido el único que trazó alguna conexión entre esta película y “El Bebé de Rosemary” de Roman Polanski. Se sentía algo parecido a la protagonizada por Mia Farrow en el aura que la rodeaba. Sin embargo, una vez empezada la película esa sensación se va desvaneciendo poco a poco viendo algún que otro vestigio de su influencia. Es muy probable que Aronofsky se haya basado en parte en el cine de Polanski (¿tal vez “Repulsion” también?), pero al mismo tiempo logra darle esencia propia a su trabajo, otorgándole su marca registrada; en otras palabras: una locura total.



Como protagonistas tenemos a Jennifer Lawrence y Javier Bardem, acompañados por Michelle Pfeiffer y Ed Harris como secundarios, y una fugaz pero explosiva participación de uno de los talentos con mas proyección a futuro, Domnhall Gleeson.

Cuando hablo de Lawrence como protagonista, para ser mas especifico debería decir que en realidad son sus primeros planos los que protagonizan. A gusto personal, son demasiados. Lo entendí como un recurso para meternos dentro de su cabeza e intentar comprender que sucede allí, algo imposible de lograr. Sin embargo, Lawrence otorga un compromiso tan grande en cada una de sus personificaciones que su rendimiento termina siendo de lo mejor de la película.



Como compania tiene al Oscarizado Javier Bardem. Viviendo en una especie de “retiro para la inspiración”, el lugar es la antigua casa de su personaje, recién remodelada tras un incendio que destruyó casi todo. Su ansia por compartir, de dar por el simple hecho de dar se intensifica, y su creatividad vuelven cuando se presentan estos “supuestos inquilinos” encarnados por Harris y Pfeiffer. Las actitudes de los tres son demasiado extrañas, y si uno como espectador comienza a atar hilos y pensar qué es lo que realmente puede estar sucediendo, a medida que la conclusión de la trama se acerca las sospechas se van confirmando.

Creo no ser el único que tras ver la película no sabe muy bien como debería sentirse. ¿Debería aborrecerla? ¿Adorarla? Aún no lo tengo claro, y me gusta pensar que ese es el objetivo del director al hacer una película como esta. Es incomoda por demás debido a los temas que trata y cuan gráficamente detestables (pero necesarios) pueden llegar a ser algunos momentos. Aronofsky no escatima en referencias bíblicas, incluso en la representación mas que clara de alguna parte para aquellos espectadores especialmente atentos y que logra hacer conexiones en su cabeza.



La película puede ser tanto una experiencia gratificante, como al mismo tiempo 120 minutos de algo que no comprendemos y queremos que termine cuanto antes. Pero es este final lo que hace que todo suba a un nivel extra orbital. La expresión “locura total” se queda corta para describir lo que sucede en el ultimo acto de la película.

“Mother!” es una de esas cintas que disfruta retorciéndonos la cabeza, jugando con nuestra mente como pocas otras en el cine reciente. El ejemplo que inevitablemente viene al recuerdo es “El Origen” de Christopher Nolan, pero aún así, y con toda la grandeza que rodea a la película de 2010, esta se queda corta si lo comparamos con lo que de verdad esconde la de Aronofsky.



La polémica se ha hecho sentir desde el momento en que la película tuvo su estreno en salas, o incluso en alguna proyección previa. Criticas las hay de todo tipo y color, y si nos basáramos solamente en ellas para decidirnos a verla, jamás lo haríamos. De lo que no hay duda es que deberíamos darle una oportunidad; si termina gustándonos o no, eso lo decidiremos después. Pero hay algo que no deja lugar a dudas, ese algo que hace que “Mother!” destaque entre una gran cantidad de estrenos de 2017: su capacidad de no pasar desapercibida. Hablemos de ella tanto con adjetivos positivos como negativos, la realidad es que una vez que los créditos finales comienzan a rodar, es muy probable que la experiencia que acabamos de vivir por las ultimas dos horas no se nos borre jamás de la memoria. Y eso, queridos amigos y amigas, no se logra todos los días.



TÍTULO: Mother!
AÑO: 2017

GÉNERO: Drama – Suspenso
DIRECTOR: Darren Aronofsky
PROTAGONISTAS: Jennifer Lawrence – Javier Bardem – Michelle Pfeiffer – Ed Harris – Domnhall Gleeson


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