sábado, 21 de octubre de 2017

APRECIACION - M, el Vampiro de Dusseldorf - 1931



Dusseldorf , Alemania. Un asesino serial de niñas anda suelto y el pueblo enloquece del miedo por no poder capturarlo. Las muertes se siguen sucediendo y, como medida desesperada, los demás criminales de la ciudad son encargados con una tarea: detener al culpable. ¿La película? “M: el Vampiro de Dusseldorf”, de Fritz Lang.



Pareciera que a Lang no tuvosuficiente con dirigir la película mas emblemática e influyente de la historia del cine como lo fue Metrópolis. Su visión del mundo futuro y la representación de el hombre en relación con la máquina son temas que se han vuelto a abarcar infinidad de veces en el cine, pero ninguna de ellas con la magnitud de la obra de Lang.




Cuatro años después de su trabajo cumbre y por lo cual todos lo conocemos, se puso detrás de cámaras de un proyecto único hasta el momento: retratar a un asesino serial cuyo placer se encuentra en los niños.

El trabajo de Lang es destacable en varios niveles. Lo primero que no podemos dejar de pasar por alto es la utilización pionera del sonido. Aunque este se venía usando desde 1927 con “The Jazz Singer” protagonizada por Al Jolson, la forma en que este es utilizado e influye en la trama de la película no tenia precedentes. Un simple silbido en constante repetición, o la ausencia total de sonido en algunas secuencias son suficiente para helarnos la sangre y sentirnos uno/a mas en las calles Alemanas a la caza del desquiciado.



Lo segundo a remarcar es el hecho de como el desarrollo de la historia nos lleva de sentir repulsión hacia el personaje en cuestión, y el responsable de eso es Peter Lorre. Con su físico regordete, rostro no muy agraciado para los estándares de belleza y unos ojos saltones que funcionan a su merced para demostrar locura o inocencia, el actor nacido en la actual Eslovaquia es lo mejor de la película. Deseamos que lo atrapen, anhelamos que lo castiguen con severidad, pero una vez satisfecha nuestra necesidad, nuestra visión cambia. Ese mismo rostro repulsivo y fácilmente odiable se convierte en objeto de lástima, casi de empatía. La M marcada en su espalda es su sentencia; ya no tiene escapatoria, el objetivo ha sido localizado y solo resta detenerlo.

El uso de la fotografía es una hermosura. Las sombras son profundamente oscuras y los rincones iluminados parecen carentes de luz, como la ciudad misma. Las luces en el rostro de nuestro protagonista nos hacen atravesar todas las sensaciones posibles desde el odio hasta...hasta lo que se imaginen.



Momentos para destacar hay muchos. El final es uno, pero no quiero adentrarme mucho en el para no delatar nada. Así que prefiero ahondar un poco en otra parte: el intento de su captura. Fritz Lang maneja los tiempos de forma envidiable. Tengamos en cuenta que estamos hablando de una película de 1931! Estoy casi seguro de que ningún thriller de la actualidad sería capaz de llegarle a los talones de la tensión generada antes y durante el momento es que el asesino está a merced de sus cazadores. Indudablemente, toda gran película de misterio de la actualidad y del pasado, le debe muchísimo a esta.

El cine Alemán de principios del Siglo XX es uno de los mas referenciados por muchos cineastas y enamorados del cine al hablar de los ejemplos cinematográficos mas bellos y que mas los han marcado. Podría decirse que varias bases del cine del futuro se tomaron de el, y es en filmografías de directores de gran calibre como Alfred Hitchcock, cuya formación cinematográfica tuvo lugar durante el auge de este cine, donde vemos la estela de la primera camada de Maestros del Cine como F.W Murnau o el propio Lang.



Siendo honesto, “M: el Vampiro de Dusseldorf” no es un ejemplo de cine para todo público. Hay que estar preparado y saber con qué nos podemos encontrar, para luego decidir si nos la enfrentamos o no. Sin embargo, sería faltarle el respeto a mi amor por el cine si restara la importancia que ha tenido para lo que ha venido después.

La construcción de un personaje, las dos caras de un pueblo, la ineficacia de aquellos que deberían velar por la seguirdad de todos, la desesperación que lleva a acudir a quienes son considerados peligrosos para poder atrapar a alguien que lo es mas. No me gusta llenar de elogios a una película porque convertiría mi discurso en algo poco objetivo, pero en este caso me es imposible.




La verdad es que, a pesar de haber visto Metrópolis y que esta me haya volado la cabeza (teniendo en cuenta el año de su estreno), no estaba muy seguro de si enfrentarme a “M” o no, razón por la cual la pospuse por un tiempo. Pero una vez la película empieza, avanza con su paso lento pero firme, nos hace pasar por toda una variedad de sensaciones, sus secuencias nos quedan grabadas en lo mas profundo de nuestro ser y cuando ese final llega a su conclusión, es imposible no caer bajo su hechizo.

Una de las películas mas grandes de todos los tiempos, no solo por lo que significó en aquel entonces, sino por el legado que se ha extendido por mas de 80 años. ¿Que legado? Fácil: si no fuera por la película de Lang, den por seguro que el cine de suspenso, terror, asesinos seriales, policial o cualquiera que se les ocurra, no seria lo mismo.





TITULO: M
AÑO: 1931
GÉNERO: Suspenso - Drama
DIRECTOR: Fritz Lang
PROTAGONISTAS: Peter Lorre - Ellen Widmann – Inge Landgut – Otto Wernicke


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