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Doce años después de la espantosa muerte de su hija, el Señor y la Señora Mullins (Anthony LaPaglia y Miranda Otto) deciden darle asilo en su casa a unas niñas y una monja provenientes de un orfanato. Pronto se verán acechados por una de las muñecas creadas por el Señor Mullins, que buscará robarles su alma a las niñas para poder poseer sus cuerpos.
Todo comenzó con El Conjuro allá por 2013, esa película dirigida por James Wan (quien ya tenía en su haber titulos como “Saw” o “Dead Silence”) que se convirtió en el mejor exponente del cine de terror de ese año y le dio un soplo de vida a un género que parecía perdido.
Lo primero que vemos en El Conjuro son los ojos de una muñeca; un prólogo sobre la malvada y poseída Annabelle nos sirve como excusa para conocer a los Warren y su trabajo. Pero no escribo esto para hablar de ellos, sino de la muñeca!
En 2014 vio la luz Annabelle, un spin-off de la dirigida por Wan centrada en la muñeca y la pareja a cuyas vidas llega. Hablando sin rodeos, la película no fue buena. Independientemente del éxito de taquilla que pudo haber significado, el producto terminado en sí no era de calidad. Un guión flojo, actuaciones por debajo de la media y la ausencia casi total de escenas que generaran algo parecido al miedo fueron los responsables de condenar una película que, como premisa, y proveniente del lugar de donde provenía (ese universo de “El Conjuro” que cada vez se agranda mas), tenía un gran potencial.
Tres años y una secuela de la que dio origen a todo pasaron desde el estreno de Annabelle, y llegó el momento de darle una continuación a la historia de esa muñeca diabólica. Teniendo en cuenta lo visto en la primera parte, el declive que significó ese intento de “agrandar el universo cinematográfico” de los Warren, personalmente no tenía razones por las cuales esperar algo bueno de Annabelle: la Creación, sin embargo, a medida que las reseñas positivas fueron viendo la luz mi opinión comenzó a cambiar. Ahora, luego de haberla visto, puedo decir que me equivoqué, y que lo que vemos en la secuela supera con creces lo visto en la anterior.
“...la Creación” no solo es una película de terror calificable como eficaz, sino también una historia triste sobre un matrimonio que se siente culpable, incapaz de superar la muerte de su hija y buscan redención intentando ayudar a aquellas niñas desamparadas. Es una historia triste ya que desde un acto de bondad, de querer superar una desgracia ayudando a los demás se desprenden mas desgracias aún; una familia a la cual la vida le quitó todo lo que le dio debe vivir atormentada por una presencia maligna que no los dejará tranquilos.
A pesar de la sobreutilización de los “jump scares” (esos sustos momentáneos que vienen de la nada), Annabelle: la Creación se las arregla para crear una atmósfera de terror bastante aceptable, una ambientación de época bastante creíble gracias a algun que otro elemento musical, objeto antiguo y vestuario. Lo importante de una historia (y mas en una de terror) es el arduo trabajo de hacerla creíble, y gracias a esas individualidades como conjunto, la película de Sandberg lo logra.
El hecho de que sea una película de casi dos horas no afecta en nada su desarrollo, ya que en ningún momento nos transmite la sensación de pesadez o nos hace perder el interés en lo que está sucediendo. Gran responsable de esto son las escenas que buscan ponernos los pelos de punta que, aunque logren su objetivo o no (algunas lo hicieron en mi, otras simplemente no), se nota el trabajo de realización en cada una de ellas; el posicionamiento de las sombras, el tiempo dedicado a cada una y el elemento sorpresa que aguarda a nuestro salto en la butaca son esenciales, y aunque James Wan no se sentó detrás de cámaras en esta oportunidad, podemos ver su supervisión a cada momento.
Annabelle 2 no llega al nivel de ninguna de las dirigidas por Wan, tanto por los momentos de terror como por su apartado técnico, pero sin dudas es una nueva esperanza (luego del desastre de “Annabelle”) a lo que podemos esperar el año que viene con La Monja (“The Nun”) y en un futuro esperemos no tan lejano con “The Crooked Man”, recordado de El Conjuro 2. La película de Sandberg se vale de dejar puertas abiertas al desarrollo a futuro de otros personajes interesantes como el temible Espantapájaros, o la pequeña referencia a esa extraña monja en la Rumania de 1952 que veremos en la mencionada un poco antes. No solo es una experiencia disfrutable sino que también da pie para lo que está por venir, y es así como se comienzan a crear las dinastías…
Annabelle: la Creación es sobre todas las cosas una buena película de terror que, a pesar de que no busca innovar en nada, utilizando lo que tiene a mano es capaz de conseguir mas de lo que (sin ir mas lejos, su antecesora) otras pueden. Se convierte en un buen espectáculo intermedio para saciar nuestra sed mientras no vemos nada nuevo de El Conjuro, y a la larga seguramente formará parte de un todo que, visto terminado adquirirá un sentido diferente.
Lo esencial del cine es entretener, otro de sus objetivos debería ser el poder quedarse grabado en el inconsciente del espectador. Aunque no es lo mejor que hemos visto del terror moderno, la dirigida por Sandberg logra ambas cosas, y cuando se llega a eso, la calidad queda relegada a un lugar secundario.
No voy a decirles que corran a verla, pero si les interesa adentrarse y comprender mas del universo de “El Conjuro”...mas vale que lo hagan.
TÍTULO: Annabbelle: Creation
AÑO: 2017
GÉNERO: Terror
DIRECTOR: David F. Sandberg
PROTAGONISTAS: Anthony LaPaglia – Miranda Otto – Lulu Wilson – Stephanie Sigman – Grace Fulton
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