La juventud siempre se ha caracterizado por una cosa sobre las demas: su rebeldía. Desde que a mediados de los 50’s se transformaran en un poder economico en si, la independencia adolescente no ha parado de aumentar con el correr de los años. Es un fenomeno social del que todos formamos parte, por eso, como es debido, el cine nunca ha hecho la vista gorda. “American Graffiti” en 1973, “The Outsiders” en 1983 o “Dazed and Confused” en 1993 son algunos de los ejemplos de películas que tratan este tema y que han sabido mantenerse en el tiempo por mérito propio.
En 1979 de la mano (o mas bien de la cámara) de Jonathan Kaplan apareció “Over the Edge”. Basada en un articulo de un diario y con retoques para poder crear un argumento, el trabajo terminado es uno de los proyectos que mas crudamente relata la realidad de este sector de la población muchas veces incomprendido, sin intentar esconder nada y mostrando ambos lados de la cuestión.
Nueva Granada es una localidad promedio e idílica de Estados Unidos, la cual por fuera parece ser el lugar perfecto, a punto de llegar a la estratosfera en cuanto a la economía. Sin embargo, una vez se comienzan a remover las capas que la recubren, descubrimos su verdadera personalidad: la monotonia del dia a dia es moneda corriente, su superficialidad la convierte en un lugar aburrido, un lugar en donde se decide ignorar la realidad, un lugar en donde los adultos creen tener todo bajo control, cuando en realidad son simples títeres de los verdaderos jefes: sus hijos.
Seguimos a Charlie (Michael Eric Kramer) un adolescente promedio de secundaria a punto de cumplir 14 años que forma parte de la pandilla de Richie White (Matt Dillon), el vandalo mas admirado de la escuela, un chico sin futuro alguno que pasa sus dias robando, consumiendo y faltandole el respeto a los demas. Una vez Richie queda fuera de juego, cansado del poder que ejercen los adultos sobre ellos Charlie toma su lugar convirtiéndose en un semi-dios/profeta en su tierra, liderando una violenta revolución.
“Over the Edge” no es un coming of age del montón. Su retrato de una juventud violenta y entregada a las drogas y el alcohol le otorga un grado de veracidad mayor comparado con otros ejemplos que, a pesar de tratar los mismos temas, los utilizan con otra finalidad, ya sea distendir o intentar genrear un momento gracioso.
La premisa social tantas veces utulizada de que el causante de varios de los problemas de la sociedad es el rock tiene su sustento en esta cinta. Charlie encuentra su desconexion de la realidad del dia a dia al encerrarse en su cuarto y comenzar a girar un vinilo con los auriculares puestos. Con una banda sonora que cubre a los Ramones y Van Halen entre otros, la música no solo es un acompañamiento perfecto a lo largo de los 90 minutos que dura este viaje, sino tambien el detonante del desenlace final.
Al ser la música uno de nuestros metodos favoritos para olvidarnos del mundo y los pesares de nuestra vida, no resulta dificil ver a nuestros protagonistas con otros ojos, intentando entender qué les pasa y por qué hacen lo que hacen. El espiritu rebelde y disconforme del rock and roll cumple una vez mas con su objetivo, logrando romper la barrera pantalla/espectador y generando una conexión entre nosotros y los componentes principales de la historia.
A pesar de no ser una película técnicamente perfecta ni mucho menos, la magia de “Over the Edge” tiene lugar simplemente debido a la sucesión de hechos en el argumento. El objetivo del cine es ser un reflejo de la sociedad, un espejo de la misma en donde nosotros podamos observarnos y aprender, y es con peliculas de este tipo en donde esa finalidad llega a límites mas tangibles, logrando tal grado de conexión con lo que la pantalla nos muestra que no necesariamente pensamos que lo que estamos viendo es una película, sino la realidad en sí.
“Todo está bajo control” dice un policia en un momento dado, convirtiéndose en la frase que define mejor que ninguna otra la situacion de los adultos de Nueva Granada. Viven en un mundo de constante engaño, no exterior, sino propio: son victimas y victimarios a la vez; su vida es tan vacía, está tan ligada a lo material y/o monetario/estatus social que se olvidan de lo realmente importante: la relación y educación de sus hijos.
No se si el objetivo de la película desde el principio fue quitarle la culpa a los niños y volcar toda la culpa hacia los padres, pero es lo que logró. Lo que los jóvenes necesitan es cariño, entendimiento y que les hablen como pares, no desde un escalon por encima. Esa es la única forma que sirve en la cinta, y la única que podría ser viable en la realidad.
“Over the Edge” puede no formar parte del conocimiento cinéfilo popular masivo, incluso como dije anteriormente, posiblemente no sea una película que destaque en sus individualidades técnicas o actuación; nada de eso. La grandeza de la película reside en su capacidad de retratar el espiritu de la juventud de fines de los 70s, en esa atmósfera post-punk y cercana al heavy metal/trash que se veía venir con la nueva década golpeando la puerta.
“En el Abismo” es uno de los tantos ejemplos cinematograficos a los que podemos acudir para conocer un poco mas sobre la sociedad, para investigar, aprender sobre la misma, e intentar comprender alguna que otra cosa que suceden en nuestro tiempo. Está ahí desde 1979, solo espera ser descubierta y dada a conocer por quienes ya la vieron. Eso es lo que intento hacer yo con esto.
TÍTULO: Over the Edge
GENERO: Drama – Coming of age
AÑO: 1979
DIRECTOR: Jonathan Kaplan
PROTAGONISTAS: Michael Eric Kramer – Matt Dillon – Pamela Ludwig – Harry Northup
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