Fielding Mellish (Allen) tiene una vida poco común: en el amor es un desafortunado, y siempre termina casi que malherido en su trabajo. De que trabaja? Probando inventos para ver si están aptos para la venta. Hasta que conoce a Nancy (Louise Lasser) una joven con espíritu revolucionario que lo adentra en el mundo de San Marcos. Luego de varias decepciones con ella, decide emprender un viaje hacia el país antes dicho, en donde terminará muerto, siendo un líder rebelde, e incluso presidente.
Allen comenzó su carrera escribiendo chistes para un periódico a un ritmo infernal; estos fluían de manera increíble, lo que lo llevo a hacer espectáculos contándolos, al igual que sus vivencias y desgracias, frente a una audiencia, algo que hoy conocemos como stand up. Luego, con recurrentes apariciones en televisión el nombre Woody Allen se convirtió en algo familiar para el público norteamericano. Su gran paso lo dio en 1969 cuando por primera vez tuvo control total de su obra “Take the money and run”; desde ese entonces se ha mantenido de igual forma, intentando repetir su equipo de trabajo con cada nuevo trabajo, y otorgando una película por año prácticamente. Una leyenda.
“Bananas” pertenece a la etapa del trabajo de Allen anterior a “Annie Hall”.
La película de 1977 fue la que le aseguró un éxito masivo y un reconocimiento popular al director Neoyorquino, y fue de ahí en adelante que su cine tomó otro rumbo. Se enfocó más en las preocupaciones psicológicas del hombre, nunca dejando el humor de lado, lo cual parecería ser la mejor forma de afrontar nuestros problemas y miedos más profundos.
Con solo ver la filmografía de Allen de mediados de los 60’s hasta la misma “Annie...” podemos diferenciar claramente los intereses del director. En sus primeros trabajos su objetivo era pura y exclusivamente la comedia, haciendo todo lo que estuviera a su alcance para generar carcajadas en el público, lo que queda más que claro en cintas como la que es hoy nuestro centro de discusión, “Toma el Dinero y Corre” o “El Dormilón”, su comedia futurista.
Es difícil explicar de qué va “Bananas”, porque de la misma forma que se puede decir que trata de muchas cosas, a la vez no trata de ninguna. Inicialmente y más que nada, es una sátira política. La pequeña república latinoamericana de San Marcos es sin dudas una referencia en tono de burla a Cuba.
La forma en que se retrata la vida y la política del país puede categorizarse fácilmente como ofensa, pero también como muy cómica. Sus políticos son un desastre y no son capaces de ver lo que tienen en frente, los rebeldes son los de menor rebeldía en la historia del cine, y sumado a esto, el protagonista de la historia es el mismísimo Allen.
Con su figura menuda, sus enormes lentes y poco pelo, el director/guionista/actor es una fiesta cómica de principio a fin, que en ningún momento falla a su objetivo.
“Bananas” es también una sátira de los medios de comunicación, en donde no importa la forma en que se llegue a ella, la primicia es lo más importante, aunque signifique estar entrevistando a un presidente moribundo en medio de una multitud en directo, el juicio a un traidor de la patria que aparentemente estaba muerto, o reportando como un matrimonio es consumado cual partido de futbol, preguntando los testimonios apenas concluido.
Repleto de gags, y dándole poca importancia a la complejidad del guión, la comedia física es responsable en gran parte por los resultados hilarantes de la cinta.
Allen ha sido desde pequeño un gran admirador de Chaplin y Keaton, y en “Bananas” esto se ve reflejado en forma de homenaje. Con escenas a una velocidad acelerada y totalmente mudas si no fuera por la música de fondo (como en la década de los 20’s y 30’s), el director logra de forma simple pero efectiva lo que se propone.
¿Por qué “Bananas”? Fácil. Bananas es una expresión utilizada en Norteamérica para referirse a algo que es una locura/estupidez que carece de sentido y es poco probable. Y eso es la película, una conjunción de momentos cómicos, con una columna vertebral poco rígida, pero que funciona de las mil maravillas.
Con su impronta nerviosa, sus movimientos acelerados y sus comentarios irónicos, Allen nos ofrece una película sin más pretensiones de las que logra cumplir, y que 45 años después de su estreno se mantiene fresca de tal forma que su visionado no se vuelve tedioso en ningún momento.
“Bananas” es una muestra del potencial que el director llegaría a desarrollar con el correr de las décadas y un deleite para los fanáticos hardcore de Allen que disfrutamos de ver a Woody metido en situaciones de las que siempre escapa airoso.
TÍTULO: Bananas
AÑO: 1971
GÉNERO: Comedia
GUIÓN: Woody Allen – Mickey Rose
DIRECTOR: Woody Allen
PROTAGONISTAS: Woody Allen – Louise Lasser
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