lunes, 15 de agosto de 2016

Truman - 2015





Tomas (Cámara) viaja a Madrid para visitar a su amigo Julián (Darín), quien está enfermo de cáncer y vive con su mascota Truman. Juntos, intentarán encontrarle un nuevo hogar al perro, con vivencias entre medio que tendrán un gran impacto en la vida de ambos.



Con esta historia de amistad, lealtad, amor y muerte, Cesc Gay arrasó en la más reciente ceremonia de los Premios Goya. El director crea una película tan movilizadora como justamente cruda, sin llegar a limites innecesarios, pero dejando más que implícitas las consecuencias que tiene Julián en su situación.



Julián
es un actor de teatro al que hace un año le diagnosticaron cáncer de pulmón. Cuando todo parecía mejorar levemente, este se esparce por todo su cuerpo. Es entonces cuando parece haber tomado su decisión: rendirse; no someterse a más tratamientos y dejar que todo siga su curso y termine cuando deba terminar.

Tomás vuela desde Canadá para ver a su amigo e intentar hacerlo “entrar en razón” y que reconsidere sus opciones, pero de a poco su objetivo va perdiendo forma, y siendo testigo de la situación de su amigo, acompañándolo a consultas médicas y siendo participe de los preparativos para cuando ya no esté, termina dejando de lado su intento de convencimiento para disfrutar del tiempo que le queda con él.



“Lo único que importa en la vida son las relaciones” dice Julián en determinado momento, lo que es verdad, ya que su vida SON estas relaciones. Relaciones con contacto de por medio, lejanas o casi nulas, como lo vemos en sus amigos Tomas y Paula (Fonzi) o su hijo Nico que reside en Holanda. Pero si hay una relación importante en la trama, es la de Julián con Truman.
El hombre se desvive por su perro con quien compartió casi 15 años, y pareciera…perdón, y está más preocupado por lo que le va a suceder a él una vez se ausente, que por sí mismo. Su devoción por el animal es indescriptible; es su amigo de todas las horas, el que lo sigue a todos lados y, en sus propias palabras, su segundo hijo.




Es en esta relación con Truman en donde vemos al Julián que se intenta esconder debajo de la fachada que muestra a los demás.
Hacia el afuera muestra una persona decidida a ponerle un fin al sufrimiento de una vez por todas, insistiendo que nadie lo va a convencer de que cambie de decisión, pero con Truman es diferente.
Si, desde un principio somos testigos de cómo le busca un hogar substituto, pero en realidad, esa ansia de separarse de él es todo lo contario. Quiere dejarlo, pero no. Truman es su compañero, y la sola idea de separarse lo destruye por dentro, al punto de ser más dañino que el propio cáncer que lo aqueja.



Como nos tiene acostumbrados desde siempre, Ricardo Darin ofrece una actuación memorable y emocionante. Su rostro descuidado y un poco demacrado, cansado de tanto tratamiento es capaz de expresar por si solo la situación.
Su sentimentalismo al nivel necesario es otra de las cualidades a resaltar. Otorga  un personaje con el cual empatizamos fácilmente, pero que al mismo tiempo muchas veces no estamos de acuerdo. Sin embargo su esencia, su naturaleza es atractiva. Con un sentido del humor encendido constantemente,nos roba nuestro corazón desde el momento uno, y nos lo va partiendo de a poco a medida que el final se acerca. Solo los grandes intérpretes son capaces de hacernos pasar por varias emociones con la misma intensidad.



En el rol secundario tenemos a Javier Cámara, quien como Tomás, comienza siendo su amigo pero a la larga termina pareciéndose a la figura de un ángel de la guarda. “Tenemos presupuesto” le dice. Pueden hacer lo que quieran durante cuatro días. Si no fuera por Tomás, Julián no hubiese pasado por todas esas situaciones enriquecedoras.
Comparado con un Darin que se come la cámara cada segundo que esta lo enfoca, Cámara está a un nivel fabuloso, llegando al punto de no envidiarle nada en algunas escenas compartidas o en las que nuestro centro de atención es él. También con un humor constante, esto termina siendo un elemento más que importante en la narración. Por qué? Sería más que tedioso ver como poco a poco a Julián le llega el final, verlo sufrir y que se nos caigan las lágrimas. Sin embargo, la herramienta de la risa borra toda posibilidad de convertir la historia en algo tedioso y difícil de digerir. Constantemente somos testigos de algún chiste, comentario irónico o imagen hilarante, lo que hace más llevadero todo lo que rodea a Julián, y aporta bastante a la película.



Cesc Gay, tanto de director como de guionista está a un gran nivel. No es una película que requiera algún tipo de habilidad para manejar la cámara, pero lo que logra con sus imágenes es más que disfrutable. La forma de manejar a los actores y retratarlos en pantalla es envidiable, con primeros planos que nos transmiten, en una sola mirada, lo que les pasa por la cabeza. Y ni hablar del guion, el cual, escrito en colaboración con Tomas Aragay es una maravilla.



Se dice que toda gran película debe tener un gran guion y que lo demás no importa; es posible que esa regla sea cierta, pero en este caso tanto los diálogos como las imágenes, e incluso la música están a un gran nivel. Sumado a esto, el libreto cuenta con alguna que otra frase recordable que lo hacer pensar a uno, reflexionar sobre la vida, la muerte, la amistad y demás.



Porque “Truman” es una historia de amistad. De amistar entre Julián y Tomas; amistad entre Truman y Julián. Porque la amistad es uno de los regalos más preciados que tiene el hombre.
Ese lazo invisible que nos une con alguien, que nos brinda seguridad, que nos genera confianza, que nos hace saber que siempre que precisemos a alguien va a estar ahí. No importa en qué situación. Si es buena, con amigos la disfrutaremos más que nunca; y si es mala, la haremos más llevadera. Porque tener con quien abrirse, expresarse, llorar y reír es algo que no tiene precio ni comparación. Tener un confidente, un oído que nos escuche, alguien que nos contenga.
Puede ser un amigo, como también lo puede ser un perro.



TÍTULO: Truman
AÑO: 2015
GÉNERO: Drama - Comedia
DIRECTOR: Cesc Gay
PROTAGONISTAS: Ricardo Darin Javier Cámara Dolores Fonzi


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