Basada en la historia real de Frank Serpico, abarca los cinco años de este en la fuerza policial de Nueva York, y como se convirtió en el factor mas importante a la hora de desenmascarar la corrupcion reinante en ese entonces.
La película abre con el sonido ascendente de una sirena de ambulancia y un primer plano del rostro baleado de un Serpico (Pacino) barbudo y de pelo largo. “Quien podría haberlo hecho?” pregunta un oficial a otro, obteniendo por respuesta que muchos hubieran tenido motivos para hacerlo.
De ahí en adelante, comenzando con la graduación de Serpico, la cinta narra de una forma episodica muy bien construída el tortuoso camino de Frank a través de una policía corrupta y poco eficaz a la hora de combatir el crimen, hasta el punto de partida de la película y las consecuencias de esto.
Con un guión muy bien adaptado del libro de Peter Maas, que logra mantener el suspenso en linea de forma constante, intercala la carrera policial de Serpico con su fugaz vida amorosa, intentando generar un contraste infructuoso que baja el ritmo de la película.
Todo está orquestado por el histórico Sidney Lumet, otrota director del clasico judicial “12 Angry Men”, y quien repetiría con Pacino en 1975 junto a John Cazale en “Tarde de Perros”.
El tratamiento de Lumet a la historia es remarcable, logrando con tomas simples en su mayoría, un desarrollo argumental que resume un lustro en dos horas de forma muy convincente, seleccionando momentos importantes de la carrera de nuestro personaje que van desde su primer contacto y a la vez rechazo de las coimas, hasta su traslado de division e inevitable final.
Nueva York, tal vez la megalopolis mas grande del mundo, constituye el escenario de la historia; un lugar en donde las tentaciones y miradas para el costado, donde crimenes se dejan impunes, se encuentran a la vuelta de la esquina. En principio son los individuos quienes intentan influenciar al noble y correctisimo Serpico, pero esto va mas allá, y la ciudad termina siendo la mas grande influencia tanto para él como para sus compañeros desleales.
En el papel principal (uno de los tantos de la decada del 70 que lo hizo la leyenda que es hoy) tenemos a Al Pacino, quien el año anterior habia irrumpido en la industria como el retoño Corleone en “El Padrino” de Coppola.
Es en “Serpico” en donde comenzamos a ver al Pacino que todos conocemos y adoramos. Encarnando al agente notamos sus clasicos pómulos marcados y su extraño caminar; Pacino es un confeso y evidente actor de método, y su trabajo no se limita solo a la interpretación facial, sino que su cuerpo todo se pone al servicio del arte.
A lo largo de la película Serpico va sufriendo cambios en su apariencia, comenzando con un bigote que aumenta de tamaño y una larga cabellera final en pos de resultar efectivo a la hora de infiltrarse en sus misiones.
Los fines de los 60’s estan retratados por fiestas numerosas y actitudes Hippies liberales que venian en picada en ese entonces, donde Frank se ve involucrado activamente y es objetivo de prejuicios por su calidad de oficial. Es en este medio, donde probablemente mejor encajaría por su personalidad y fisico, en donde una vez mas terminará siendo rechazado. Serpico está destinado a ser un lobo solitario en su camino de enclarecer las cosas.
“Soy un policia honesto, o lo suficientemente estúpido para que me disparen en el rostro?” se autocuestiona Serpico en el hospital. Un problema que aparentemente afectaba a su division, a la larga termina tomando dimensiones enormes e inimaginables, y es la rectitud de Frank lo que lo lleva a ganar enemigos en todos lados, a sentirse inseguro a cada segundo, incapaz de caminar por el parque sin sentirse amenazado. Es advertido que de seguir asi podría no tener a sus compañeros cuando mas los necesite, y arriesgandose, hace caso omiso a esas palabras, siendo consciente de las consecuencias.
Lumet fue un maestro del cine de la segunda mitad del Siglo XX, y su capacidad de captar la tension y envolver al espectador en sus historias era magnífica.
En esta ocasión genera una atmósfera poco confiable en donde nuestro personaje puede resultar herido en cualquier momento, un retrato sucio pero a la vez fiel de Nueva York.
Una particularidad es el poco o practicamente nulo uso de la banda sonora. En un cine actual en donde la música pareciera esencial para crear un ambiente deseado, se podría argumentar que 120 minutos de película podría ser dificiles de tolerar si no la hay. Sin embargo, “Serpico” brilla por su silencio; un silencio que termina siendo mas eficaz que cualquier efecto sonoro y que no mantiene alerta ante cualquier evento que tenga lugar.
“Todo el maldito sistema está corrupto”
“Serpico” es una de los mas grandes exponentes de la ultima época dorada del cine americano, los 70’s. Es un reflejo de la realidad policiaca Neoyorkina, que por intereses personales hace la vista gorda a crimenes o no muestra interes en ellos por estar fuera de su zona de alcance. Es a la vez, posiblemente, la mejor actuación de Pacino y una de los mejores trabajo de Lumet.
Es cuando vemos a Serpico frente a un barco junto a su perro, esperando a que este zarpe con el ideal de un futuro mejor en Suiza, donde nos golpea como nunca su realidad, donde por fin vemos como se sintió durante sus cinco años en la policía: solo, sin nadie a su alrededor que lo apoye y siempre soñando con algo mejor intentando evadir la mala realidad. Es allí en donde Serpico se convierte en todas esas ovejas negras que intentan cambiar el sistema, pero terminan abatidas.
TÍTULO: Serpico
AÑO: 1973
GÉNERO: Drama – Hechos Reales
DIRECTOR: Sidney Lumet
PROTAGONISTAS: Al Pacino – John Randolph – Jack Kehoe Barbara Eda-Young – Tony Roberts
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