Sparta, Mississippi. Un policía encuentra un cuerpo sin vida en la calle. Resulta ser el señor Colbert, un importante hombre de negocios. Confundido al principio como principal sospechoso, a Virgil Tibbs (Sidney Poitier) se le será asignado trabajar en el caso junto al Jefe Gillespie (Rod Steiger), al mismo tiempo que intentará sobrevivir en un pueblo dominado por la supremacía blanca y donde los negros viven en las afueras, en el (históricamente) estado mas racista de Norteamerica.
Para comprender lo que significo “En el Calor de la Noche” en el tiempo de su estreno, hay que repasar que sucedía en Estados Unidos por esos días. Menos de cinco años atrás el presidente Kennedy había sido asesinado por un francotirador. Los movimientos por los derechos de los negros estaban en su pico mas alto, comandados por un Martin Luther King en su momento de mas popularidad, sin tener la mas mínima idea de lo que se le avecinaría un año mas tarde. La sociedad se encontraba en un punto de ebullición, donde el odio y los prejuicios predominaban tanto en las calles como en bares, escuelas y demás. La segregación era moneda corriente y el racismo era el modo de vida al que se estaba acostumbrado.
La película de Norman Jewinson, gracias al guión de Stirling Silliphant y la capacidad actoral del elenco, logra captar lo que se sentía ser una persona negra en aquel entonces, el miedo, la desesperación, la injusticia y la incertidumbre de no saber si se llegaría sano y salvo al final del día.
Jewinson afrontó la adaptación de la novela de John Ball un año después de dirigir “The Russians Are Coming, The Russians Are Coming” (¡Que Vienen los Rusos!), una comedia satírica con un mensaje crítico y a la vez de fraternidad internacional, intentando dejar en claro que todos somos iguales, en medio de la Guerra Fría, la cual es (en mi opinión) una de las películas de su género mas grandes de todos los tiempos, a pesar de su mas que probable olvido popular.
Con lo que demuestra al dirigir “In The Heat of the Night”, Norman Jewinson deja en claro su capacidad para navegar entre géneros tan dispares. Mientras que en 1966 supo disfrazar un tema serio con disparatados y continuos gags, en la protagonizada por Poitier el trato serio es necesario, siendo el tema a tratar, algo tan polémico como el racismo.
“En el Calor de la Noche” fue un movimiento muy arriesgado desde su concepción como idea hasta su materialización como película. No solo cabía la posibilidad de que terminara convirtiéndose en un desastre comercial debido a que su protagonista era negro, sino que también era incierta la forma en que las audiencias y la sociedad Americana de ese entonces reaccionarían a ella. Afortunadamente para nosotros, se alzó con la estatuilla a Mejor Película en los Oscars de 1968, y a lo largo de sus 50 años de vida se ha cimentado como una de los clásicos imperecederos de Hollywood.
¿Que sería del cine sin Sidney Poitier?
Con una personalidad fría y meditativa, Virgil Tibbs es un policía especializado en homicidios de Filadelfia. Su llegada a Sparta no solo es un tanto sorpresiva, sino que tanto la seccional de policía como el pueblo en si es puesto patas para arriba una vez el comienza a tomar cartas en el asunto. La desconfianza que sienten todos hacia él por el color de su piel es visible desde el primer momento; lo miran raro, como un sapo de otro pozo, como una presa que acaba de caer en la trampa del depredador, no le ofrecen ayuda y lo dejan al mejor estilo Gary Cooper en Solo Ante el Peligro.
Los prejuicios comienzan a salir a flote, la desigualdad comienza a hacerse mas notable. “Me llaman Señor Tibbs” le dice Poitier al personaje de Steiger luego de que este lo infravalorara; el pueblo de Sparta está maldito, y no por una fuerza sobrenatural, sino por el hombre mismo y si intolerancia, su miedo a lo diferente. El pueblo es Estados Unidos, y Poitier son todos los afroamericanos.
Poitier fue no solo el segundo afroamericano en ganar un Oscar (luego de Hattie McDaniel por “Lo que el Viento se Llevó”), sino que a su vez se convirtió en una de las figuras mas destacadas de la industria cinematográfica en luchar por una mayor cantidad de oportunidades (no digamos igualdad de derechos , porque ni siquiera hoy en día es así) para la gente de color tanto en su ambiente como en la sociedad en general.
Mucho antes de que E.E.U.U aceptara a Bill Cosby como padre de familia en su sitcom, Poitier iba derrumbando paredes para hacerle el camino mas llevadero a los que vendrían después.
Rod Steiger es el Jefe Gillespie
Acompañando a Marlon Brando en “La Ley del Silencio” (On the Waterfront) obtuvo la primera de sus tres nominaciones al Oscar, pero fue recién en la última, por su retrato del Jefe Gillespie que se hizo al fin acreedor de la estatuilla mas adorada por todos.
Así como Poitier representa a la minoría en desventaja, Steiger es la imagen viva del Norteamericano promedio, ese que quiere hacer a América grande otra vez, ese que hoy por hoy tan seguido vemos en las noticias hablando detrás de un estrado, vestido con su traje y con su ya clásico cabello anaranjado. Mientras que Tibbs es un hombre tranquilo, Gillespie es impulsivo y temperamental, asume su responsabilidad muy a pecho y no esta dispuesto a que nadie lo pase por arriba o le diga que hacer, y accede a la ayuda de Tibbs solo cuando se da cuenta que puede obtener algún tipo de beneficio personal.
Pero no solo Gillespie es así, todo el pueblo bajo su mando y las personas que allí viven son, de una manera u otra, parecidas a el, y es en cierto punto casi increíble que, habiendo pasado ya medio siglo desde el estreno de la película, con tantos adelantos tecnológicos y del tipo que se les ocurra, la sociedad Estadounidense siga parecida a la de aquel entonces, repleta de odio, repulsión y ansias de destrucción.
Sin embargo, no todo es negativo en “El Calor de la Noche”. Aunque su final no podría considerarse como “alentador”, es verdad que podemos encontrar un pequeño rayo de luz de esperanza al presenciar como Tibbs logra resolver el crimen mientras el pueblo lo atestigua. Aunque se dice que no hay mal que dure cien años, la esclavitud, el racismo y la segregación son problemas que han estado en el tapete por un tiempo mas que indeseado, y a pesar de no existir solución aparente, solo nos queda aferrarnos a aquellos que piensan como nosotros y solo quieren hacer del mundo un lugar mejor para todos sin importar orientacion sexual, tono de piel o demas.
La película:
Debemos partir de la base de que “In the Heat of the Night” no es una película para todo publico, tanto por su contenido como por la forma en que este es tratado. Antes de enfrentarnos a ella es necesario tener algo de conocimiento sobre lo que sucedía en aquella década, y hacerlo con la cabeza abierta a sabiendas de que lo que vamos a presenciar no será una experiencia 100% placentera.que piensan como nosotros y solo quieren hacer del mundo un lugar mejor para todos sin importar orientación sexual, tono de piel o demás.
La película de Jewinson funciona en dos niveles: tanto para dejar en claro la existencia de prejuicios, discriminación y odio hacia la raza negra, como para ayudar a que estos se rompan. No estoy diciendo que luego de verla algún que otro supremacista blanco se haya sentido tocado por la varita mágica de la igualdad, sino que tras su visionado uno conoce un poco mas a fondo la realidad de aquellos que no la tienen tan fácil. Porque el cine tiene esa capacidad de influenciar enormemente la vida del espectador, su pensamiento, acrecentar o disminuir prejuicios, y la protagonizada por Poitier es una golpe pacífico en la cara de la desigualdad.
Dejemos algo en claro: si no fuera por “In the Heat of the Night”, muchas de las grandes películas que tenemos hoy en día no existirían. Ejemplos recientes como “Moonlight” y “Fences”, o yendo un poco mas atrás en el tiempo peliculas como “The Help”, o “Boyz’n the Hood” y “Do the Right Thing” en la transición de década 80s/90s no hubiesen tenido el éxito que generaron si no fuera por el trabajo de Norman Jewinson junto a Sidney Poitier cincuenta años atrás. Tal vez no sea “la” película que todo director de cine afroamericano citaría como inspiración para su obra, pero toda aquella que pudiese nombrar, indudablemente le debe algo a ella.
Su fotografía, la transpiración visible en los rostros y la vestimenta húmeda, la banda sonora a cargo de Quincy Jones, todo aporta para que desde que comienza hasta que termina la película vivamos en carne propia “el calor de la noche” que avecina su título. Una sensación de agobio no solo por las altas temperaturas, sino también por la inseguridad constante que vive nuestro protagonista.
En un año que vio grandes películas como “Bonnie and Clyde”, “Guess Who’s Coming to Dinner” o “The Graduate “, la dirigida por Jewinson logra mantenerse fresca a pesar del calor y ligera a pesar de lo pesado que puede llegar a ser el tema de su argumento. “En el Calor de la Noche” se sucede a una velocidad impresionante, en donde los minutos parecieran avanzar mas rápido, y termina escurriéndose entre los dedos como el agua que desesperadamente bebemos en los días donde el Sol raja la Tierra.
TÍTULO:
In the Heat of the Night
AÑO: 1967
GÉNERO: Drama - Cine Policial
DIRECTOR: Norman Jewinson
PROTAGONISTAS: Sidney Poitier – Rod Steiger – Warren Oates – Lee Grant – Larry Gates – James Patterson
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