Con “Alien: el Octavo Pasajero” (su segundo largometraje), Ridley Scott dejó su huella en el cine de ciencia ficción al mismo tiempo que en el de terror, convirtiéndose con el correr de los años, en material de culto y adoración por fanaticos y críticos alrededor del mundo.
Habiendo sucedido esto, su siguiente proyecto no lo tendría fácil. Superar, o al menos mantenerse a la altura de “Alien...” no era una tarea exenta de complicaciones. Pero, ¿que nos terminó entregando? Ese producto fue “Blade Runner”, película que para algunos no solo es el mejor trabajo de Scott, sino también la obra cumbre cuando se habla de ciencia ficción (si, a la par de películas como “2001: Odisea en el Espacio, o “Metrópolis”) e imaginaciones de mundos futuros. Simplemente, una joya cinematográfica.
A principios del Siglo XXI, se crearon los Nexus 6, también conocidos como “replicantes”. Con una fuerza y habilidad superiores a la del hombre, estos eran robots utilizados para trabajar en colonias fuera del planeta Tierra. Tras una rebelión, estos fueron desterrados y, quienes hicieran caso omiso a dicha orden, deberían ser destruidos. Es allí donde entran los Blade Runners, estos “policías” encargados de sacarlos de circulación. Rick Deckard (Harrison Ford), un Runner retirado, será llamado a la acción nuevamente para solucionar un posible resurgimiento de los replicantes.
Mi historia con “Blade Runner” comenzó unos años atrás cuando, recién comenzando en esto de ver cine de forma diferente me informé un poco sobre su existencia. Había presenciado ya la historia del Xenomorfo y la tripulación de la Nostromo (ademas de Thelma & Louise y American Gangster) así que a pesar de mi amateurismo, Ridley Scott no me era ajeno.
Me decidí a verla y, siendo honesto, no me pareció la gran cosa, ni siquiera algo atractivo. Pero sé por qué: mi falta de experiencia cinéfila me llevó a no apreciarla bien. Fue por eso que tiempo después, luego de haber visto suficiente cine de ciencia ficción y tener un conocimiento un poco mas amplio del mundo cinematográfico le di otra oportunidad, y fue allí cuando quedé atrapado. Mientras escribo esto siguen avanzando las horas y queda cada vez menos para el estreno de “Blade Runner 2049”, razón por la cual me decidí a darle un tercer visionado a la película original, y esto es lo que me quedó...
Dejemos algo claro: el Los Ángeles de 2019 que vemos en “Blade Runner” no se parecerá en nada al de la vida real que veremos en poco menos de dos años. Sin embargo, eso no lo quita mérito a la ambientación, ya que la ciencia ficción no se basa en probabilidades sino que se arriesga en crear mundos diferentes, fuera de lo común.
Lejos de los planteado por Zemeckis en su 2015 de “Volver al Futuro Parte II” por ejemplo, el Siglo XXI de la película de Scott es un lugar oscuro, tétrico, en donde la humedad puede sentirse en la piel a través de la pantalla, donde la mayoría de los habitantes son extranjeros y donde la sensación de que no se puede confiar en nadie es palpable en todos lados.
Esta proyección futura de la ciudad termina convirtiéndose en una de las ambientaciones mas logradas del cine de ciencia ficción en general. A pesar de que no tendremos autos voladores ni robots para reemplazar humanos, lo que si se asemeja es la cantidad de inmigrantes que viven en el Los Ángeles de la película como en el del Estados Unidos actual. Ya sea escapando de guerras y/o buscando una mejor calidad de vida, las cantidad de personas nacidas fueras del territorio Estadounidense es un factor importante tanto en el película como en la vida real, ya que si la economía avanza y la calidad de vida se mantiene es, en gran parte, responsabilidad de ellos.
A pesar de ser un futuro claramente visto desde el pasado, con sus monitores pequeños de pantalla negra y caracteres verdes, uno de los objetivos principales del cine, hacernos creer que lo que sucede en pantalla es factible, se cumple con creces.
¿HUMANIZACIÓN DE LA MAQUINA O MAQUINIZACIÓN DEL HUMANO?
Los Replicantes, esas creaciones del ser humano que en algún momento lo llevaron a sentirse a la altura de un Dios, poco a poco van adquiriendo cosas propias del hombre, al punto de no reconocer qué son ellos mismos en realidad. Ademas de sentimientos, pensamiento lógico y demás cosas adquiribles, lo que el replicante en realidad anhela es lo que todo hombre y mujer adoraría conseguir: mas años de vida, extender su estancia en la Tierra. Tiempo para vivir en libertad.
Cazador (Deckard) y Presa (Replicantes) en determinado momento ven sus roles cambiados y la presa convertida en cazador comienza a acechar al cazador venido a presa. ¿Una alegoría a la perdida de la fe a través de destruir a su creador? Los replicantes logran parecerse tanto al humano que al final no sabemos si son estos los humanizados o el hombre es quien poco a poco se convertirá en maquina. Es por eso que sería extraño dividir a los personajes de “Blade Runner” en buenos y malos; porque en sí los buenos tienen sus falencias y los malos en realidad buscan algo que todos querríamos obtener.
Scott contó con Harrison Ford para el papel principal. Un rostro conocido que ya era sinónimo de dos de los personajes mas famosos que dio el cine, Han Solo e Indiana Jones, estaba a punto de adquirir un nuevo nombre que pasaría a la historia del celuloide. Con un actor que atraía tanto público en los carteles promocionales, el éxito de “Blade Runner” parecería asegurado, pero la verdad es que en el tiempo de su estreno no fue tan así, y no fue hasta años e incluso décadas mas tarde, con las diferentes versiones de la película estrenadas (Director’s Cut y Final Cut) que terminó ganándose su estatus de clásico de culto y del cine en general.
Ford, un trabajo excepcional de Scott, un guión un tanto difícil de descifrar la primera vez que se la ve, una fotografía tan particularmente hermosa como pocas veces recuerdo haber visto y una musicalización hipnótica a cargo de Vangelis hacen de “Blade Runner” un ejemplo de lo que es hacer cine de calidad y entretenimiento a la vez, capaz de superar la barrera del tiempo y manteniéndose a la altura de cualquier estreno de hoy en día.
Con este visionado de “Blade Runner” me fue imposible sacarme de la cabeza una comparación con la “Mad Max” original de 1979. Ambas suceden en un mundo desolado en donde las sociedades no son las mismas, donde el mas fuerte pareciera ser el mas capacitado para sobrevivir. Y viendo el trailer de “...2049” se puede presenciar en partes una tonalidad naranja en su fotografía, bastante parecida a la que predomina en “Mad Max: Furia en el Camino”. Estaba seguro de que la película de George Miller se convertiría en un clásico digno de admiración, y ver los primero ejemplos de esto infla de alegría cualquier corazón cinéfilo.
Si algo nos ha enseñado Hollywood es que algunas reinvenciones y/o secuelas de historias que tuvieron su momento de apogeo no resultan ser tan buenas como la original. Sin embargo, por lo que dicen las primeras criticas especializadas, lo que logran Villeneueve, Ford y Gosling en esta ocasión es algo grandioso no solo por su épica duración (2 horas y 43 minuntos), sino por su habilidad de rendirle homenaje a la que dio comienzo a todo.
Opiniones hay muchas, y hasta que no veamos la nueva no sabremos que efecto tendrá en nosotros. Pero por mientras, nunca está de más recordar aquella que tanto nos fascinó…!
TÍTULO: Blade Runner
AÑO: 1982
GÉNERO: Ciencia Ficción - Drama
DIRECTOR: Ridley Scott
PROTAGONISTAS: Harrison Ford – Rutger Hauer – Sean Young – Edward James Olmos – Daryl Hannah – M. Emmet Walsh
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