Estamos viviendo en tiempos de cambios. Nuestra sociedad afortunadamente está tomando un camino diferente, el camino que se hizo esperar mas de lo que muchos quisiéramos: la empoderización de la mujer en todos los ámbitos, desde la política hasta la industria del entretenimiento, siendo esta ultima lo importante para esta reseña.
En 2017 tuvimos grandes trabajos femeninos detrás de cámara, tal como el regreso de Kathryn Bigelow con “Detroit” o la exitosamente abrumadora “Wonder Woman” de Patty Jenkins. Sumada a ellas y tal vez menos conocida por el público en general, pero nada desapercibida para el movimiento feminista, y mucho menos para la temporada de premios, se encuentra Greta Gerwig con su “Lady Bird”.
Christine “Lady Bird” McPherson (Saoirse Ronan) es una adolescente de 17 años viviendo en Sacramento a principios del nuevo milenio. Su actitud bastante particular frente a la vida y su inclinación artística la llevarán a atravesar momentos difíciles en su camino a la madurez, en un Estados Unidos sumergido en varias crisis.
Mientras ustedes leen esto de corrido y sin dificultades, la verdad es que “Lady Bird” es la película de 2017 que más me ha complicado la tarea de escribirle una reseña. ¿Por qué? Porque al mismo tengo todo y no tengo nada de donde agarrarme para comenzar a hablar de ella. La cotidianidad dada por Gerwig es tal, la realidad aportada a la misma es tanta, que personalmente dejó de ser una película para convertirse en algo mas, en la vida misma...Y oh por Dios si será difícil buscar una explicación a la vida! Todo este párrafo fue para ganar tiempo y volver al ruedo luego de un bloqueo de dos días sin poder escribir, y creo que está funcionando...así que, les comparto el resto.
Es un poco trillado decir que “Lady Bird” es una coming of age diferente, pero lo es; es un viaje de auto descubrimiento junto a nuestro personaje. Es una película donde el traspaso de adolescente/adulto se retrata con la crudeza y realidad necesarias,no intentando encantar a la audiencia, sino mostrando las cosas como son. Es uno de esos regalos por parte del cine hacia nosotros, una de esas películas hechas para un público que se sentiría demasiado identificado con ella pero que desgraciadamente no está acostumbrado a enfrentarse a películas de tal calibre.
Volviendo a que “Lady Bird” es una película diferente, la acción tiene lugar en una época muy vulnerable para Norteamerica, tal vez la más vulnerable de su historia; todo sucede a fines de 2002, en un Estados Unidos sumergido en crisis económica e intentando superar lo insuperable, la violación en su propio territorio: la caída de las Torres Gemelas. Y es acá dónde podría señalarse el único problema de “Lady Bird”...y utilizo un condicional porque tal problema existiría en cualquier otra película, excepto en la de Gerwig. No es coincidencia que Christine y su madre vayan en el auto escuchando “Las Uvas de la Ira” de John Steinbeck; la película comienza así y nos deja en claro que será un viaje en busca de encontrar un lugar en el mundo, algo mejor, parecida a un éxodo, descubrir quienes somos, nuestro propósito.
SOBREDOSIS DE AMERICANISMO
Desde las referencias televisivas a la invasión en Irak, las conversaciones sobre el atentado en el World Trade Center o las banderas Norteamericanas flamantes en los barrios residenciales para dejar el patriotismo bien en alto, directa o indirectamente el honor y el amor hacia ser norteamericano y estar orgulloso de ello queda plasmado a lo largo de sus 90 minutos, cosa que en cualquier otra película aborrecería, pero la de Gerwig, como solo las grandes pueden jactarse, logra atravesar esa barrera llamada pantalla y se convierte en algo universal, universal al punto de que yo, un chico de 22 años viviendo en Uruguay en 2018, se siente identificado con las vivencias y sensaciones de una chica a punto de cumplir 18 en los Estados Unidos de principio de siglo.
Personalmente no veo películas por el simple hecho de matar el tiempo, ni siquiera por la necesidad de mantener actualizada esta página, ya que escribir es algo que me sale de adentro automáticamente luego de enfrentarme a una; las veo por naturaleza, son mi medio de escape, son parte de mi diario vivir, las veo buscando respuestas que muchas veces no encuentro, pero lo que si encuentro en ellas es gente buscando lo mismo que yo, y eso, ya es mas de lo que podría esperar.
CHRISTINE “LADY BIRD” MCPHERSON
LA ADOLESCENCIA
Aborrecer nuestra vida, el lugar donde vivimos, pretender ser quienes no somos para encajar y sentirnos parte de algo; experimentar con la atracción, el enamoramiento, el desamor, las decepciones de todo tipo, las drogas al alcance de la mano, cruces con la autoridad del hogar...sueños de grandeza...¿quién no ha sentido o atravesado una de esas fases en algún momento? Christine ciertamente sí, todas, y una inmediatamente después de la otra; es por eso que pienso que “Lady Bird” cruza el umbral de la ficción y nos alcanza la fibra más intima. Verla intentar superar los obstáculos de la vida es una lección de como si y como no actuar en determinadas situaciones, ¿pero qué seríamos sin los errores? De ellos se aprende (al menos deberíamos), su sentido es ser nuestro correctivo, aquello que enderece nuestro camino, y es lo que aparentemente pareciera lograr Christine una vez los créditos comienzan a rodar.
DESGARRADORAMENTE REAL: LAURIE METCALF
En el cine hay ocasiones en que a los actores se los desmerece al colocarles la etiqueta de “Secundario”. Sus performances se encuentran a tal nivel y su apoyo hacia el personaje principal es tan grande, que sin ellos la película no sería lo mismo, y uno de los mejores ejemplos que puede haber es la magnífica Laurie Metcalf; lo que hace esta mujer es digno de los Dioses.
Su papel como madre de nuestra protagonista se encuentra entre las mejores actuaciones del 2017, y cada reconocimiento que le es esquivo no hace mas que agigantar el tamaño de la injusticia. Metcalf le aporta a su personaje lo necesario, la convierte en una mujer que enfrenta la realidad poniéndose la familia al hombro, ya sea hablando con sus hijos o trabajando turnos dobles; verla, escucharla, sentir como aparenta ser la mas fuerte solo para darnos cuenta que debajo de ese caparazón existe una vulnerabilidad tremenda nos genera una angustia constante. Personalmente, cada vez que la veía no podía evitar caer víctima del hechizo que es su presencia, al igual que pensar constantemente que en cualquier momento la farsa de la fortaleza se terminará, haciéndola y haciéndome estallar en lágrimas. Suelo ser un poco repetitivo en esto pero, cuando el cine logra algo así, no hay forma de explicarlo!
GIRL POWER
“Lady Bird” llega en el momento necesario. En una época lamentablemente atípica, donde la mujer finalmente recibe el reconocimiento que merece, Greta Gerwig saca de debajo de su manga lo que muchos consideran “la mejor película del año”. Sin la fuerza y la capacidad de las mujeres nada saldría a flote en “Lady Bird”. La independencia de la madre de Christine, así como la urgente necesidad de conseguirla de esta última se convierten en el motor que las hace avanzar. Se que ya hablé demasiado sobre la “universalidad” de la película de Gerwig, pero haciéndolo una vez más, honestamente creo que “Lady Bird” tendrá un impacto enorme en aquellos (y especialmente AQUELLAS) que se animen a verla.
“Lady Bird” son 90 minutos que nos dejan alguna que otra enseñanza, ¿no creen? Y son cosas como esta las que afianzan mi devoción y amor incondicional hacia las 24 imágenes por segundo.
TÍTULO: Lady Bird
AÑO: 2017
GÉNERO: Comedia – Drama – Coming of Age
DIRECTOR: Greta Gerwig
PROTAGONISTAS: Saoirse Ronan – Laurie Metcalf – Timothée Chalamet – Lucas Hedges - Beanie Feldstein - Tracy Letts.
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