sábado, 17 de junio de 2017

RESEÑA - Cyrano de Bergerac - 1950





Somos contemporáneos a una epoca del cine en donde lo visual prevalece sobre todo lo demas. Los espectaculos de acción constante, imagenes inundando la pantalla y secuencias repletas de dinamismo pero carentes de esencia parecieran ser lo necesario para lograr un éxito. A pesar de que siguen apareciendo películas que quieren cambiar los estandares actuales, hace tiempo que se viene perdiendo el arte del dialogo en los guiones, el rebuscarse y hacer funcionar la cabeza a un ciento diez por ciento para crear textos entrañables y dignos  de transformarse en memorables.


Es por eso que, al adentrarnos hoy en día en una película con mas de medio siglo de antigüedad, en donde sus protagonistas recitan casi al pie de la letra las oraciones poco comunes que venian en el material original, sentimos que esta avanza a un ritmo diferente, definitivamente mas lento a lo que estamos acostumbrados, generandonos la sensación de que lo que estamos presenciando (sumémosle la fotografía en blanco y negro) es algo tedioso.

Pero la verdad es que nada está mas alejado de la realidad que eso, y si nos decidimos a descubrir lo que tenemos frente a nuestros ojos dándole la oportunidad a nuestros oidos de captar la totalidad de los sonidos emitidos los actores, nos daremos cuenta de que lo que estamos presenciando es algo raro en la actualidad, con una capacidad diferente a la hora de transmitir y conectar. Esto sucede con muchas películas, pero sobre todo en la que me voy a concentrar hoy.



                   
“Dios proteja a quién se burle de su nariz”

Cyrano (Jose Ferrer) es un fanfarron rebosante de confianza para el exterior y lleno de inseguridades por dentro. Valiente y gallardo por fuera, impulsivo sin pensarlo dos veces cuando insultan su extraño atributo, nuestro heroe es un romantico empedernido desesperado por su bella prima Roxana (Mala Powers). El no reconocer su propio valor y no querer lastimar a quien anhela lo llevará por un camino de enredos que lo separará cada vez mas de su objetivo primordial: amar y sentirse amado.

Michael Gordon se puso detrás de cámaras para lograr una de las películas mas influyentes e inolvidables que la memoria cinéfila pueda almacenar. Perfecta desde donde se la vea, la ambientación de epoca gracias a los decorados y vestuarios es digna de reconocimiento. Gordon tiene la capacidad de plasmar en pantalla la virtuosidad de una pelea de espadachines, de igual forma en la que logra que una escena de amor nazca de la nada y crezca paulatinamente hasta llegar a su zenít, otorgandonos frases y momentos deliciosos para el paladar cinéfilo.



Sin embargo, no todo se debe a Gordon. Si bien bajo su dirección la historia cobró vida, sería imposible imaginarse tal eficacia artística y emocional si no fuera por quienes la protagonizan. Tanto Powers  en su rol de chica enceguecida, incapaz de ver en los ojos de su primo el amor incondicional que este siente hacia ella, como William Prince, quien busca convertirse en su dueño sin importar nada, llegando incluso a buscar consejo en Cyrano y este aceptando a sabiendas que no terminará bien, se encuentran a un nivel digno de ser subrayado.
 
Pero sin dudas, quien acapara todas las luces y se lleva la ola de aplausos mas extensa es Jose Ferrer dando vida al personaje que da nombre a la película. Siendo este el papel de su vida, el nacido en Puerto Rico se llevó el Oscar por su interpretación y, a pesar de no estar en persona para recibirlo, fue ovacionado unanimemente en forma de reconocimiento. Añadiendo tanto toques de comedia como dramaticos cuando lo es necesario, Ferrer se compenetra con su personaje a tal punto de que nos olvidamos de que detrás del maquillaje y todo el ropaje se encuentra una persona real, convenciéndonos de que en realidad mas que un personaje, presenciamos a una persona real.



El Cyrano de Ferrer es un tipo que decide recubrirse con una carcaza impenetrable en forma orgullo y autoadmiración, pero que en realidad siempre ha cargado con el peso de ser “diferente” a los demás; una diferencia que él ve como negativa, cuando ciertamente eso que lo hace distinto a los otros va mas allá de lo demostrable a simple vista y es su mayor virtud: una capacidad innata para expresar en palabras y por escrito sus mas profundos secretos, de desnudar su corazon mediante su prosa, de sentirse vivo y poderoso cuando este organo se regocija ante la mas infima posibilidad de tener algun contacto con su tan cercano pero a la vez inalcanzable amor.

Un Cyrano que busca ser libre de espíritu, no ser controlado por nadie y satisfacer su alma. Sus sentimientos son tales y tan puros que antepone el bienestar y la felicidad de Roxana ante sí mismo. A sabiendas de que acercandose a ella de la manera en que lo hace no hará mas que alejarse de lo que siente a pesar de que esto seguirá ardiendo tanto o aún mas que antes, decide continuar con tal de ver su sonrisa. El amor de Cyrano es imposible, y como tal, el que exista el menor indicio de que este pueda concretarse no hace mas que esclarecer que un final tragico se avecina. Nuestro heroe ama pero no es correspondido; es el mas habil con la espada y a la hora de expresarse, se siente invencible cuando el calor inunda su corazón, pero será su orgullo y esa cubierta exterior lo que lo llevarán a la perdición, a ser victima de una emboscada que podrá acabar con su existencia, pero nunca logrará apagar su llama interior. Esperen esperen, ¿Sigo hablando de Cyrano o de cualquier enamorado?



“Cyrano de Bergerac” no es una pelicula ordinaria. Si comenzamos a raspar su superficie encontramos una ambientacion muy bien lograda, sumado a una escenificacion de la guerra  a buen nivel. La musicalizacion es algo constante que oficia como vehículo, subiendo y bajando en intensidad dependiendo lo que la escena necesite. El guión es excelente gracias al perfecto balance entre romance, humor y conflictos bélicos, además de contar con una complejidad alta que requiere una concentracion total desde el minuto uno para poder comprender todo.

Sin embargo,  a pesar de cuanta guerra o combates a espada seamos testigos, la lucha mas grande de la pelicula se da entre las bellezas: exterior vs interior.
Cyrano no se da cuenta cuanto vale por dentro debido a lo poco que cree que vale por fuera, y de la misma forma sucede con Roxana, quien no logra ver lo que de verdad importa en su primo y solo se concentra en lo que sus ojos le muestran.
¿Quién no se ha sentido incapaz de exteriorizar sus sentimientos, o alguna vez se vio a un espejo y no le convenció lo que veía? Tal vez no sea un problema universal como lo es el amor, pero la realidad es que logramos una conexión diferente con “Cyrano…” gracias a ello, a verlo a el y a nosotros mismos en pantalla, al ver como, teniendo la habilidad que tiene, no se anima a utilizarla con quien debería por miedo al rechazo. Es dificil para una película lograr un contacto tan personal con el espectador, pero la de Gordon resalta por la facilidad con la que lo hace…




“Cuando Bella le dijo a Bestia que lo amaba, toda su fealdad se esfumó como por arte de magia”


En sus monólogos, Cyrano logra desnudar su alma y la nuestra; en sus sentidas palabras no solo reconocemos sus verdaderos sentimientos, sino que tambien nos invita a descubrir los nuestros. Es poco probable que lleguemos a tener su habilidad, pero lo cierto es que, en menor o mayor medida todos somos capaces de sentir y de transmitirlo. Si somos afortunados (y lo somos por el simple hecho de haber visto esta pelicula), Cyrano puede ser el puntapié inicial para lograr un cambio interno y animarnos a mas, restandole importancia al afuera y concentrandonos en lo verdaderamente importante: lo interior.

Personajes pintorescos, gran dirección artística y detrás de camaras, guion complejo pero sumamente disfrutable, combates, humor y una historia de amor imposible. ¿Le falta algo a “Cyrano de Bergerac” para posicionarse como uno de los mayores logros cinematográficos? Tal vez si; ser descubierta por mas personas…




TÍTULO:
Cyrano de  Bergerac
AÑO: 1950
GÉNERO: Drama - Romance
DIRECTOR: Michael Gordon
PROTAGONISTAS: Jose Ferrer – Mala Powers – William Prince


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